Una de las grandes dificultades con las que se encuentran la mayoría de las personas con un nivel medio de inglés al viajar es la diferencia de acentos. No es lo mismo el acento de un americano que el acento de un irlandés. Por este motivo, hay personas que entienden, por ejemplo, a un londinense pero se quedan en blanco al hablarles un australiano.
Para que veáis con mayor detalle hasta que punto puede dificultar el entendimiento de un idioma el tener un acento u otro, os dejamos este curioso vídeo.
Y, para que podáis entrenar un poco mejor el oído a los diferentes acentos, os dejamos una página bastante útil. Elegís una palabra y decidís que acento queréis escuchar, os irán repitiendo la misma palabra desde los diferentes países que vayáis eligiendo.
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