Muchedumbre: “¿Qué queremos?”. Tipo con megáfono: “El perro de Fry”. Muchedumbre: “¿Cuándo lo queremos?”. Tipo con megáfono: “El perro de Fry”. La escena, genial, de un capítulo de la serie estadounidense Futurama, nos pone ante el reflejo caricaturesco de cómo funciona la masa humana, y también sobre la gestión de nuestros deseos. Esa impulsividad. Lo quiero, ya. Todo tiene un proceso. No hay ninguna fórmula mágica para aprender inglés rápido. La única magia que tendremos en el proceso es la que sepamos darle, la manera en que nos podamos divertir aprendiendo, en la que podamos hacer que el tiempo pase rápido mientras trabajamos en el dichoso inglés. Porque, sí, para dominar el idioma o entenderse en él, hay que estudiar inglés.
Lo que necesitamos para aprender inglés online es sólo un paso
La red, saber cómo discriminar lo que nos ofrece, es clave. Para aprender inglés rápido no hay que meterse una lista de palabras en la cabeza en el menor tiempo posible. Sería como ponerse tres pelucas para ir a un baile de fin de curso.
Excesivo sea cual sea nuestra reserva capilar o el gusto por las extensiones. El vocabulario es clave, pero para que estudiar inglés no tenga el aspecto negativo que nos hace abandonarlo cuando superamos la primera inversión de tiempo, la que termina cuando la inversión de fuerza de voluntad se encuentra con el tedio.
Las palabras deben llegar porque las necesitemos, porque estén dentro de lo que utilizamos para afrontar nuestros procesos diarios en otro idioma. Para aprender inglés rápido, hay que lograr invertir el menor tiempo posible en pensar en inglés.