“Teacher, vengo a despedirme. Me voy a trabajar en un barco”, fue lo que me dijo un alumno que abandonaba la escuela. “Me gustaría que me sugiriera alguna manera de continuar mis estudios del idioma inglés”. Lo pensé por un momento y le sugerí adquirir un método para estudiar en casa aunque, como maestro de inglés, tenía ciertas dudas sobre este tipo de cursos. Creí que no había mejor sistema que el de tomar las típicas clases en una escuela. Estaba equivocado, estaba pensando solamente en el ritmo de vida que yo llevaba.
Después de unos meses me lo encontré y le pedí que me contara cómo le había ido. Muy entusiasmado me dijo “Su recomendación fue de gran ayuda. Si hubiera interrumpido mis estudios me habría costado trabajo retomarlos”. Además me comentó que había podido tomar la clase a la hora que mejor le había convenido y repetirla hasta que finalmente entendió. Entonces pensé en todas las ventajas que se pueden obtener de estos métodos.
La lluvia, la nieve, el frío y el calor no son un obstáculo. No todos contamos con la fortuna de vivir en un lugar que tenga el clima perfecto. Así que éste no será el pretexto para no estudiar.
A la mayoría de la gente nos cuesta trabajo o nos da pena preguntar al maestro cuando tenemos alguna duda. Incluso, a veces fingimos que entendimos la explicación por la vergüenza de preguntar una vez más. En cambio, si tenemos un CD podemos repetirlo sin tener la angustia de molestar a algún compañero o al maestro.
Puedes avanzar a tu propio ritmo. No hay que esperar a que todos tus compañeros de la clase entiendan para pasar a la siguiente lección. Depende de ti.
Puedes ponerte cómodo. Ya sea en el sofá de la sala o en tu cuarto, en pijamas o en shorts, tomando un cafecito o un refresco. No importa, ¡estás en tu casa!
Hay personas que pueden hacer varias cosas al mismo tiempo, sobre todo las mujeres. Mientras cocinas, mientras manejas, mientras estás podando el césped o lavas tu carro. Se puede aprovechar hasta el último minuto.
En un video es posible recrear situaciones y escenarios que en un salón de clases sería muy difícil. Por ejemplo, si hablamos de Australia o Inglaterra lo ideal es observar y escuchar a gente nativa de esos países. Diferentes acentos, cómo se visten, los lugares más importantes, sus costumbres, etc. Es mucho más fácil si observamos y escuchamos una situación real a observar y escuchar a un maestro que siempre tiene la misma pronunciación.
Y esto sólo por mencionar algunas ventajas. Ahora que tenemos la tecnología de nuestro lado ¿por qué no aprovecharla? Por lo general estos cursos son muy baratos dependiendo de su calidad. Lo único que tienes que hacer es saber un poquito de computación y tener fuerza de voluntad.