La clave para pensar en inglés: salir de tu zona de confort
Pensar en inglés o en otra lengua extranjera que estemos estudiando es un paso vital en el largo camino hacia la fluidez. Sin embargo, llegar a pensar en otra lengua no es fácil y muy a menudo es la principal frustración de muchos estudiantes. ¿Te sientes identificado?
A ver, tienes que tener claro que no te vas a levantar un día pensando de repente en inglés solo por haberlo estudiado desde que estabas en primaria y, aún menos, en España. Ya todos sabemos las principales flaquezas del sistema educativo español en lo que a enseñanza de lenguas extranjeras se refiere, especialmente para tú generación y la mía, pero esto no es lo que nos ocupa ahora… El hecho simplemente es evitar esos mismos errores que cuando éramos aún adolescentes y no éramos capaces de formar una frase de más de 10 palabras en menos de medio minuto. Sí, yo también me sentí así en su día, hasta que decidí emprender mi propio camino en vista de que en el colegio no lo iba a conseguir.
Básicamente, si quieres empezar a pensar en inglés algún día, tienes que tener claro que no será un camino fácil, ni rápido, pero sí ampliamente reconfortante. La clave: salir de tu zona de confort y hacer del inglés parte de tu vida. Sé que la zona de confort es una opción fácil pero, desafortunadamente, no te aportará los mejores resultados a la hora de superar la barrera de la fluidez.
Lo segundo que tienes que tener claro es que debes dejar a un lado la idea de ver el aprendizaje de inglés como algo que se “estudia” o “aprende” con solo asistir durante un año, o quizás dos, a una academia privada. Es curiosa la respuesta que suelo obtener cuando pregunto a mis alumnos, de edades muy variadas, qué hacen fuera de clase para mejorar su inglés. Casi en el 90% de los casos confiesan no hacer nada o simplemente revisan de vez en cuando algún libro de texto para recordar un poco de gramática o hacer “los deberes”. ¿Qué sentido tiene pagar clases privadas para luego no aprovechar el impulso que aportan compensándolas con un poco de trabajo autónomo?
¿Nunca te has planteado por qué se recomienda viajar al extranjero para aprender mejor inglés? Si lo piensas, tiene sentido, la idea es verte forzado a estar fuera de tu zona de confort y tu burbuja lingüística. Pero francamente, amigo, no es necesario irte a otro país para sumergirte en el inglés. Por supuesto, quizás sea la forma más rápida de llegar a pensar en inglés, pero también la más cara para muchos y menos viable por razones personales o laborales, y además no es la única para lograr este objetivo. “Bien, ¿pues cómo lo hago?”, te estarás preguntando. Tranquilo, no te pierdas estos consejos para sumergirte en el inglés día a día y llevar paso firme hacia nuestra ansiada fluidez.
Ten claro por qué lo haces
Puede parecer bastante obvio, pero si no tienes una buena razón (llamémosla “motivación”) para aprender inglés, es muy probable que te quedes a mitad de camino. Aprovecho para recomendarte este otro artículo sobre la importancia de la motivación para aprender un idioma.
Crea tu propia burbuja (language bubble)
Ya que no podemos vivir en un país de lengua inglesa, crea tu propia burbuja lingüística en la que hablar, escuchar, leer, escribir y hasta pensar en inglés a diario: submerge yourself in English! Puede parecer un engorro, pero con el tiempo se convertirá en un hábito que en cuanto empieces a notar resultados no querrás abandonar.
Aquí algunas ideas para que diseñes la burbuja que más se adapte a ti, tus intereses y necesidades:
- Lee las noticias en inglés en su versión digital. Podrás leerlas en cualquier ratito libre que tengas durante el día desde tu smartphone, ya estés esperando en la consulta del médico, en la cola del supermercado o mientras desayunas.
- Utiliza un diccionario monolingüe para consultar tus dudas léxicas. Te propongo algunos de los mejores dicionarios online que podrás consultar siempre desde tu teléfono móvil.
- También puedes leer revistas o blogs en inglés de cualquier temática de tu interés.
- Escucha música en inglés y apréndete tus canciones favoritas. Esto es algo realmente fácil de hacer, puedes escucharlas mientras conduces, caminas al trabajo o universidad o mientras haces deporte.
- Lee un buen libro en inglés. Puedes optar al principio por los Graded Readers, versiones adaptadas a tu nivel, si aún no te sientes seguro de lanzarte a un best seller en versión original.
- Configura tu móvil, tu ordenador y tus redes sociales en inglés.
- Descárgate alguna app para practicar inglés on the go. Por ejemplo juegos online gratuitos para practicar vocabulario.
- En tu televisión, cambia a versión original programas, series o películas extranjeras. ¡Con la TDT lo tenemos más fácil que nunca!
- Engánchate a alguna serie o TV show americano (más que nada porque tendrás más variedad de donde elegir) y usa subtítulos si es necesario. A veces el inglés de los libros nada tiene que ver con la lengua que se usa en la calle.
- Si te apasiona alguna temática, busca charlas sobre tu tema favorito en TED Talks o youtube.
- Practica conversando contigo mismo. Esta es, con diferencia, mi recomendación favorita. Puede parecer un poco de locos, pero verbalizar tus pensamientos es una forma fantástica de interiorizar un idioma. Al fin y al cabo, ¿quién no ha hablado solo alguna vez? Pues haz lo mismo pero en inglés sobre cualquier cosa que pase por tu mente: tus sentimientos, lo que has hecho durante el día, lo que planeas hacer próximamente, imagínate situaciones, etc. Olvídate de los errores y céntrate en la fluidez.
- Búscate un intercambio. Descárgate la app de uTandem y busca a personas cercanas con las que quedar y conversar en inglés.
A little every day (un poco cada día)
Como tanto me gusta repetir: practice makes perfect! Sin esfuerzo y trabajo diario, el camino hacia la fluidez puede convertirse en una frustración más que en un reto divertido y, lo que es peor aún, probablemente nunca llegues a ser capaz de pensar en inglés.
Implementando tan solo algunos de estos consejos, estoy segura de que pronto notarás un cambio sustancial en tu fluidez y, en general, tu nivel de inglés. Simplemente tómatelo como un hábito divertido y práctico. Y recuerda: ¡sal de tu zona de confort!